el perdón
The Claim
Director: Michael Winterbottom.
Guión: Frank Cottrell Boyce, basado en la novela de Thomas Hardy.
Intérpretes: Peter Mullan, Milla Jovovich, Wes Bentley, Natassja Kinsky, Sarah Polley, Shirley Henderson.
Música: Michael Nyman.
Fotografía: Alwin H. Kuchler.
GB-Canada-Francia. 2000. 120 minutos.
Fresco histórico
Nos encontramos ante un impresionante fresco sobre los cimientos de la nación americana. El filme, adscrito a los tintes genéricos del western, narra la creación de diversas poblaciones en la Sierra Nevada de California a partir de dos hechos trascendentales: la existencia de oro, en un primer lugar; y la construcción del railroad track, la red del ferrocarril, en un segundo estadio histórico.
Épica e intimismo
The claim es una de aquellas obras que tejen una narración dramática sobre ese lienzo global, buscando vasos comunicantes entre el plano intimista y los acontecimientos históricos (otra radiografía bastante oportuna y revisionista, relativa en aquel caso a la Guerra de Secesión, y más o menos coetánea a la que nos ocupa, fue Ride with the Devil, de Ang Lee – curiosamente, otro director no norteamericano-). Winterbottom maneja a la perfección un argumento ya de por sí bastante férreo, y sabe trasladar en imágenes el bagaje épico que aquel libreto argumental atesora, una épica –en cuyo epicentro se sitúa el pionero, Daniel Dillon- que adquiere su poder a través de la complejidad en la construcción de los personajes –empezando por Dillon y sus elecciones morales desde un principio al final de la historia- y el tratamiento de éstos, y que se viste en imágenes merced de la preciosista fotografía de escenarios naturales, pero sobretodo por el esmero en la descripción de los elementos consubstanciales a una narración de época (de western: el local-casino, las prostitutas, el sheriff de facto y su influencia, el ferrocarril, las construcciones de madera, el oro, los embrionarios tratamientos médicos contra la tuberculosis, y un largo etcétera). Esta intensa The Claim alcanza a menudo cotas de brillantez inéditas en su género desde hace muchos años, y contagia a la perfección las sensaciones bigger than life que los acontecimientos que relata sin duda promueven.
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