antes del atardecer
Before Sunset
Director: Richard Linklater.
Guión: Richard Linklater, Kim Krizan, Ethan Hawke, Julie Delpy.
Intérpretes: Ethan Hawke, Julie Delpy, Vermond Dobtcheff, Louise Lomine Torres.
Fotografía: Lee Daniel
EEUU. 2003. 100 minutos.
Cuando acudí a los cines a visionar el filme que nos ocupa no tenía el placer de conocer la primera parte de este singular díptico rubricado por Richard Linklater, Antes del Amanecer (Before Sunrise, 1994), lo cual no me resultó óbice alguno para deleitarme con esta su continuación. En ella, Linklater retoma a la pareja protagonista, Jesse y Celine, nueve años más tarde, volviendo a ponerlos frente a frente, mirada a mirada, palabra con/tra palabra, y desgranando, con sumo dominio de la técnica dramática –y de los diálogos, a lo cual no es ajena, otra vez, la intervención creativa de los propios actores, Ethan Hawke y Julie Delpy-, las inquietudes, emociones y en definitiva los sentimientos íntimos que sobre la vida y el amor han adquirido con el paso de los años y los acontecimientos, y que, de un modo u otro, se enfrentan a la crítica recíproca mediante el juego incesante de confesiones, que sabe transitar con sabiduría –tratando con sencillez expositiva un esquema que, a pesar de la apariencia, reviste mucha complejidad y riesgos- de la banalidad a la trascendencia, de la generalidad al intimismo, de la abstracción filosófica a la interioridad, de la sonrisa al llanto. Y vuelta a empezar.
Compresión temporal
Resulta especialmente estimulante el modo escogido por el realizador para capturar el nuevo sino vital y relacional de los protagonistas: más allá del formato ya de por sí comprimido del original, Linklater se atreve aquí con la auténtica pirueta de la narración en tiempo real, convirtiendo los corsés narrativos inherentes a esa elección en auténticos beneficios del discurso que propone. Tras un breve prólogo, a los diez minutos de metraje ya nos vemos irremisiblemente inmersos en una coda narrativa sabiamente apoyada en tres únicos ejes: Jesse y Celine, el acompañante paisajístico de París, y el tiempo, que corre, espera y lucha por separarles.
¿Happy end?
Durante su hora y media de duración, Before Sunset no cae en la monotonía, no cae en el cliché, rehuye el convencionalismo, que aquí podría derivar en la lágrima efectista o la melaza excesiva, ambos elementos felizmente inéditos del metraje. Y por si fuera poco, la sobriedad logra apoderarse del propio desenlace, que se erige en un auténtico weird happy end a ritmo de Nina Simone.
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